Planeábamos nuestro próximo taller del día 29 de enero desde hacía meses. Mi colega y gran amiga, Helena Grant, y yo habíamos hablado varias veces de nuestra ilusión por el tema de "Recriando nuestro niñ@ interior". Habíamos incluso retrasado la fecha del taller de diciembre a enero, escuchando precisamente a nuestra niña interior, que para ambas necesitaba más tiempo. Llegado 2021, ya estábamos listas y preparadas para ofrecerlo. Pero el universo no lo quería igual. Helena se enfermó con COVID-19 y la incertidumbre se hizo literalmente con su vida.
Hay tantas cosas generando incertidumbre en estos momentos. La pandemia por supuesto, que a tod@s nos ha caído como un jarro de agua helada y se ha quedado para intentar congelarnos. Y a veces, lo ha conseguido. Cuántos días me he levantado sin saber qué hacer? Cuántos planes he hecho que he tenido que cambiar? Cuántos miedos se me han despertado que no me dejaban actuar?
Afortunadamente, Helena consiguió encontrar ancla en su proceso de pelear esta enfermedad, con el apoyo de su familia, con un autocuidado y plan de sanación consciente y con su confianza plena en el proceso de la vida. En estos momentos se encuentra ya fuera de peligro y sintiendo los progresos cada día. Parte de encontrar su ancla ha sido escuchar a su "no" interno. A pesar de las ganas tan grandes que tenía de hacer el taller conmigo, su cuerpo le estaba dando señales de que necesita más tiempo para recuperarse del todo. Cuántas veces ha ignorado estas señales y se ha forzado para "terminar el trabajo empezado"? Pero esta vez no. Ha hecho mucho trabajo personal y tiene mucho compromiso para compartirlo con los demás como para seguir alimentando esa incongruencia. Esta vez ha escuchado a su "no" y ha decidido posponer su taller conmigo.
Vaya regalo, para sí misma y para mí. Porque no sólo me inspira a mí a escuchar y conectar con mi propias señales internas, sino porque me plantea una incertidumbre que me ha ayudado a reflexionar profundamente, a explorar qué es lo que siento ante ella, cómo reacciona mi cuerpo, cómo responde mi mente, qué señales aparecen y cómo elijo escucharlas, o no. Me ha ayudado también a reflexionar acerca de las otras muchas capas de incertidumbre en mi vida, y en la vida del "mundo". La incertidumbre de dejar todo atrás y mudarme a España tras años en los EEUU, justo antes de la pandemia. La incertidumbre de replantear todos los planes por una enfermedad que nos ha confinado a tod@s y que ha revolucionado cómo funciona el mundo, cómo vivimos y cómo nos comunicamos. La incertidumbre de cuánto va a durar esta situación y de cómo se va a desarrollar, de qué va a volver a ser como antes y de qué no.
Bueno, pues gracias a la oportunidad que me ha presentado Helena, he escuchado a mis señales en cuanto a esta incertidumbre más inmediata del taller. He encendido velas, he respirado, he mirado hacia adentro, he escrito y he pedido ayuda. Y en lugar de un "no", he encontrado un "sí". Un "sí" a hacer el taller yo sola, acerca precisamente de este tema de la incertidumbre que tiene tanta presencia en nuestras vidas.
Comments