Cuando ya pensaba que años de terapia y trabajo personal me habían permitido superar mis patrones viejos de "encogerme" y "hacerme pequeña", me mudo a España y todos quieren resurgir de nuevo...a toda fuerza! Bueno pues, sabéis lo que os digo que...ni de coña! Estoy comprometida a celebrarme!
Llegué a España con mi marido dejando atrás una vida exitosa y sólida en Nueva York para crear la vida que queremos. Veníamos con una fuerza y una confianza ciegas en nuestro potencial, en nuestra capacidad, en nuestros dones y en nuestro amor. Lo que no esperábamos es que, además de una pandemia de tres pares, se fueran a despertar en nosotros las inseguridades más antiguas y los miedos más primitivos que creíamos ya superados.
Las viejas voces internas de "no des la nota", "sé discreta", "vas a hacer el ridículo", "eso es de arrogante", "no tienes ni idea", "eres un fraude", etc. vinieron a todo tren nada más poner pie y mi ciudad natal, Madrid. Os suenan ese tipo de voces, ¿no? Y lo más curioso es que no son sólo voces, es todo nuestro sistema nervioso reaccionando automáticamente a un entorno que percibe como peligroso y amenazante. Es toda una cadena refleja de comportamientos, de sensaciones, de expresiones, de emociones y de pensamientos que, ante el miedo, se hacen con el timón de nuestras vidas. Es la manera en que mi estómago se encoge cada vez que quiero decir que no a alguien y no puedo, es la forma en que mi sangre fluye fuertemente por mi cara cuando no me atrevo a expresar mi opinión ante una persona que respeto, es la tendencia de mi atención a fijarse en los "fracasos" en lugar de los "éxitos", al igual que la tendencia de mis pensamiento de juzgar con decepción lo que "hago mal" en lugar de celebrar con orgullo lo que sí "hago bien".
Bueno pues, consciente de esto y de que mi nuevo "viejo" entorno ha despertado mis antiguas sombras, me comprometo a un nivel más profundo a traer la luz que sí he conocido en mí durante estos años. Parte de este compromiso por traer esta luz, por brillarla, por dejarla estar, es exponerme al mundo con mi alegría, con mi orgullo, con mi poder y con mi vulnerabilidad. Un paso en ese camino es este acto de celebrarme, de celebrar mi energía, de celebrar mi vida. Y hacerlo en público!
He de decir que recibir las fotografías tan maravillosas que me hizo mi fotógrafo favorito de Image Taker Studios (y marido), Terrence Hamilton, ha ayudado a inyectar una inspiración y ganas inconmensurables. Gracias, amor!
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